A lo largo de mi vida he descubierto cosas sin que nadie de fuera me las contara. Una de ellas es la autoprogramación. Si, funciona, no me preguntes cómo, pero funciona. Yo lo descubrí a base de hacerlo sin saber muy bien lo que hacía es decir, como se aprenden las cosas más importantes, inconscientemente.
Se trata de escribir, en papelitos, las cosas que tienes que hacer o quieres hacer. Parece una chorrada pero funciona. Podríamos decir que es incluso "magia".
Es como una autoprogramación. Es decir, como escribir en un ordenador instrucciones, pero en este caso el ordenador eres tú. Lo que pasa es que tienes que mantener la instrucción escrita y en un sitio visible para que las células de tu cuerpo la recuerden y sepan lo que tienen que hacer. Una vez se haya procesado y ejecutado la instrucción se procede a tirar a la basura dicho papel.
Las células de nuestro cuerpo son supereficientes pero tienen "memoria de pez", no en vano viven en agua salada. Por eso hay que mantener escrita la instrucción hasta que finalmente tus células la procesen.
Puedes escribir todas las instrucciones que quieras, tu cuerpo las irá procesando por orden de prioridad. Eso si, muy importante, no cuestiones su lógica de prioridades y confía.
Voy a contar una experiencia personal, ocurrida hoy 3/10/2023,a modo de ejemplo y que puede que "aclare" un poco este complejo concepto de autoprogramación. Resulta que hace unos dias, diría que una semana más o menos, puse en uno de los papeles "llamar a Rosa". Rosa es mi madrina y su marido, Goyo, mi padrino. A Goyo le hospitalizaron y mi madre me contó que Goyo lo estaba pasando bastante mal, por eso un día puse lo de llamar a mi madrina. Hoy casualmante tenia una revisión en el hospital pero no me habia acordado de que Goyo estaba hospitalizado, pero al salir de mi consulta me cruzé con una chica rubia q se parecia a la hija de mis padrinos. Me di cuenta unos instantes después de que se me cruzara y enseguida me vino a la cabeza que Goyo podia seguir hospitalizaso. Llame a mi madrina y me confirmo que aún estaba y me dio el número de habitación. Enseguida subi y vi a mis padridos y a su hija Nuria que, efectivamete era la chica con que me había cruzado y tampoco ella se había percatado. Decir además que justo después de esto y tambien sin haberlo planeado me surgió otra cosa de esas que podemos llamar actos buenos y es que muchas veces una cosa viene detrás de la otra como si de actos encadenados se trataran.
Creo en la autoprogramación como una herramienta útil contra la pereza, ese pecado capital que a todos nos conviene contrarrestar.
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