Ayer, dieciocho de diciembre se disputó la final del mundial.
Una estrella cae, al menos, cada cuatro años del cielo a la Tierra y diversas naciones disputan partidos para dirimir que reino será el agraciado.
Es, sin duda, el mismo fenómeno que, hace más de dos mil años, a unos magos, capaces de ver lo invisible, guiaron desde oriente.
Este año, y van tres, la estrella fugaz que guió a Melchos, Gaspar y Baltasar se verá claramente aparecer por el pecho de l@s argentim@s.
El ser humano tiene esa extraña y maravillosa capacida de... saber sin saber. De actuar, inconscientemente, guiado por las estrellas.
"Lo esencial es invisible a los ojos" Victor Hugo.